La imprenta en la corte de Castilla
La imprenta llegó al Reino de Castilla en 1472 gracias al alemán Juan Párix, patrocinado por el obispo Juan Arias Dávila, estableciendo la primera imprenta en Segovia. Su llegada marcó un hito en la difusión del conocimiento, con la impresión del Sinodal de Aguilafuente, el primer libro impreso en España, que contenía actas de un sínodo. Durante el siglo XV, la imprenta permitió producir textos religiosos, legales y literarios, facilitando el acceso al saber y aumentando la alfabetización. Bajo los Reyes Católicos, se consolidó como herramienta de centralización del poder y promoción de proyectos culturales, como la publicación en 1492 de la Gramática de la lengua castellana de Antonio de Nebrija, que asentó el español como lengua oficial y promovió la unificación lingüística en el contexto de la expansión hacia América.